Desde hace unas décadas, en las grandes ciudades surgen grupos juveniles
que, aunque no poseen formas muy estructuradas, proporcionan vivencias muy
intensas a sus miembros.
Su carácter es muy variado y plural pero suelen presentar
algunos rasgos en común: un gusto por el disfraz, un vitalismo rebelde y una
búsqueda de (auto) marginación del grupo social más amplio.
Justamente, lo más llamativo de estos grupos es su tendencia a situarse al
margen de la rutina social y de lo que puede considerarse oficial en
una cultura. En este sentido, parece oponerse, abierta y violentamente, al
paradigma individualista que ha sido, de algún modo, el modelo dominante
durante toda la modernidad.
Son grupos, por tanto, que hacen proclamación expresan el
sentido colectivo y grupal por encima de lo individual.
Sociólogos y Etólogos -es decir, estudiosos de las practicas sociales,
tanto de los humanos y las demás
especies de animales- Concuerda en afirmar que el individuo, por el instinto o
por tradición cultural, tiende a organizarse- estable o temporalmente-
emanadas, grupos, pandillas, bandas…
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